Se ha escrito mucho sobre cómo debe ser un buen liderazgo y de hecho hay varias teorías descritas sobre ello. En este artículo vamos a repasar tres que van acorde con los valores de Sterck y a explicarte nuestro propio método de gestión de metas y de liderazgo de equipos.
Empecemos por la del profesor de Harvard, y uno de los más influyentes teóricos de la gestión empresarial del último medio siglo, Clayton Christensen, autor entre otros de Disruptive Strategy y How will you measure your life?, fue quien planteó “The good management theory» o “La teoría de la buena gestión”.

En How will you measure your life? (¿Cómo vas a medir tu vida?), Christensen te plantea preguntas tipo “¿cómo puedo ser feliz en mi carrera?” o te insta a que evalúes cuáles son las cosas más importantes de tu vida. Ya sea una compensación monetaria alta, poder trabajar con una organización que ayude a hacer del mundo un lugar mejor o ser un gran líder, debes decidir qué cosas te gustaría lograr en tu vida. Es decir, debes ponerte metas.
Según Christensen, para liderar bien, la clave está en no decir a tus empleados qué decisión hay que tomar sino explicar una experiencia para que quien la escuche tome la decisión adecuada por sí solo. Y es que un buen liderazgo no consiste solamente en dirigir sino también (y sobre todo) en saber motivar a tu equipo para que logre el máximo capital profesional. Christensen asegura que es un mecanismo óptimo para estimular la innovación y el crecimiento, tanto personal como empresarial.
En una línea similar Cal Newport tenemos como referencia su libro Hazlo tan bien que no puedan ignorarte (So good they can’t ignore you). Newport defiende «pensar en pequeño y actuar a lo grande», refiriéndose a la importancia de la misión, es decir, hacia dónde vas, o lo que es lo mismo: qué te gustaría lograr. Fíjate que otra vez se habla de la importancia de fijarse unas metas. Si tu meta es amar lo que haces, primero debes acumular capital laboral, dominando habilidades escasas y valiosas, y después rentabilizar ese capital adquiriendo las cualidades que hacen genial un trabajo.
Por otro lado, tenemos la teoría expresada por Stephen R. Covey en su libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, que básicamente se divide en tres partes donde, en la primera (del hábito 1 al 3) da claves para ganar en autonomía, independencia y proactividad; en la parte 2 (del hábito 4 al 6) es donde habla del trabajo en equipo y de desarrollar la colaboración y las habilidades de comunicación para pasar de la independencia a la interdependencia. En la tercera parte (hábito 7) habla de buscar la mejora continua.
Para Covey, es primordial buscar el win-win donde ambas partes ganen, es decir, un beneficio mutuo. Esto es fácilmente aplicable a la organización de una empresa en donde uno coordina y gestiona, y los demás ejecutan. El que lidera debe encargarse de que las relaciones sean fructíferas para todos, y que (y esto nos llevaría hasta el hábito 5) uno entienda y sea entendido. Para ello se debe desarrollar la comunicación empática y aprender a escuchar de forma activa. Esto es algo que los mejores líderes de equipo entienden muy bien. Se trata de generar sinergias en un grupo (hábito 6) para tener a nuestro alcance un listado de personas dispuestas a seguirnos o ayudarnos cuando lo necesitemos y por supuesto de quienes también aprender.
Está claro que si lideras un equipo debes encontrar el modo de hacerlo que más se adapte a tu personalidad y a tus metas. Incluso puedes hacer un híbrido o desarrollar tu propia teoría (¿acaso no se trata de esto, según Christensen, Newport, Covey, etc.?, ¿de ser proactivo?). En Sterck, inspirándonos en los mejores, creemos en la motivación del equipo para un buen liderazgo. Por ejemplo:
En una estrategia one-to-many: se trata de analizar en qué punto está tu equipo cuando entras a liderarlo, si tienen metas y cuáles son, en qué son muy buenos o incluso los mejores, si están aprovechando al máximo su potencial, si les gusta su trabajo, qué les hace felices… y finalmente en qué punto está tu equipo (y en consecuencia la empresa) cuando te vas. Se trata de formar y transformar. Dejar huella.
Si hablamos de una estrategia one-to-myself: es momento de pasar cuentas con uno mismo (es imposible mentirse a uno, ¿verdad?). Hay que saber dónde queda el esfuerzo por la excelencia en las acciones que acometes, dónde está la vara de la importancia de medir y las ganas de mejora continua. Si las respuestas a estas preguntas no son claras, igual tienes que replantearte las metas.
Más allá de los KPIs de negocio, es importante acompañar al equipo en el proceso de transformación digital, y en esto te podemos echar una mano. En Sterck ponemos a tu servicio el talento y la experiencia de nuestro equipo, para asegurar un crecimiento de la rentabilidad de tu negocio.